La manera en la que enseñemos disciplina a nuestros hijos condicionará cómo aprenden a enfrentarse a las situaciones y el nivel de su autoestima. Por ello, vamos a dar una serie de pautas para poner en práctica:
- Las normas deben ser claras y estar explicadas en un lenguaje que el niño pueda comprender.
- Esas normas deben ser estables. No pueden cambiar dependiendo de vuestro estado de humor.
- Las normas deben haber sido consensuadas por la pareja y cualquier persona que se encargue del cuidado del niño debe estar informada de ellas. Por ejemplo, si habéis determinado que el niño no puede ver la tele hasta que haya recogido su cuarto, no conseguiréis nada si la niñera o el abuelo recogen y dejan que el niño vea la tele sin problemas.
- Hay que asegurarse de que esas normas son adecuadas a la edad del niño porque si no está capacitado para cumplirlas, sólo conseguiréis que se frustre.
- Si cumplir alguna norma es difícil para el niño, debemos planificar alguna situación en la que podamos ayudarle a hacerlo, como si fuera un ensayo para que el niño pueda ir aprendiendo.
- Hay que elogiar siempre la buena conducta y el esfuerzo del niño. En normas importantes también podemos ofrecer recompensas.
- Hay que explicarle las consecuencias de sus actos, sobre todo en las situaciones que, al ser peligrosas, no podemos someter a ensayo. Por ejemplo, si queremos enseñar al niño que no debe irse con extraños, no podemos llevarle a la calle y hacer que se vaya con la primera persona que pase. Para enseñárselo podemos mantener con él una conversación en la que le expliquemos claramente y con un lenguaje adaptado a su edad que eso no está bien y que consecuencias podría tener. Debemos asegurarnos de que nos entiende y elogiar su interés.
Con todas estas pautas enseñaremos al niño a resolver problemas, a plantearse las consecuencias de sus acciones y a asumir responsabilidades, lo que elevará su autoestima. Greg Pateryn Authentic Jersey