Un niño podrá tener confianza en sí mismo si las personas de su entorno le prestan atención a lo que dice. En ese sentido, es muy importante la comunicación diaria que puedas establecer con tu hijo. Muchas veces, los quehaceres cotidianos y nuestros problemas del día a día hacen que estemos preocupados por la situación actual del país, los problemas personales o laborales o las facturas que debemos pagar. A menudo, los problemas del día a día no nos dejan ver lo que es realmente importante. Dedicar cada día unos minutos a conversar con tu hijo puede ser la mejor manera de lograr una mejor comunicación y así estrechar los vínculos personales con él. Si conversas con tu hijo a diario, podrás conocer cuales son sus miedos, qué cosas les molestan y que situaciones o experiencias les agradan. Saca tiempo para hablar con ellos. Si tienes varios hijos, no hables con todos a la vez. Cada uno de ellos es especial y único y si hablas con todos a la vez, seguramente tu hijo terminará sin contar las cuestiones que más le preocupan por vergüenza. No es necesario que planees una conversación seria en una mesa de café. Solo con dedicarle unos diez minutos diarios a conocer acerca de su situación en el colegio, quienes son sus compañeros o simplemente a hablar de temas que no son relevantes, le estarás mostrando a tu hijo cuanto le importas. En este caso, es importante que tu hijo sea plenamente consciente de que le estás dedicando el tiempo a él y que el es lo más importante. Por ello, no sirve hablar mientras estás viendo la televisión y han puesto unos anuncios. Habla con él y pone en ello los 5 sentidos y todo el entusiasmo de que seas capaz. Tu hijo se dará cuenta y lo valorará.
Tener un diálogo fluido con tus pequeños es posible y puede darle otra perspectiva de la vida, haciendo que no se preocupe tanto por sus problemas. Gracias a estas conversaciones, podrás conocer todavía mejor a tu hija o hijo, saber como piensa, como es y que cosas le preocupan. También serán unos momentos estupendos para disfrutar de él. ¿Por qué no te propones ya dedicarle unos 10 minutos diarios a hablar con cada uno de tus hijos?