Los padres somos el modelo en el que nuestros hijos se fijan para desarrollar sus capacidades y sus habilidades en muchos aspectos de la vida. Cómo nos percibamos a nosotros mismos afectará a la autoestima que desarrolle nuestro hijo. Vamos a citar una serie de técnicas que harán que nuestra propia autoestima mejore y que seamos un buen espejo en el que nuestro hijo pueda fijarse para desarrollar una autoestima fuerte:
- No ser rígidos: Debemos ser capaces de romper con lo establecido, de improvisar y hacer las cosas porque son mejores de esa manera y no “porque siempre se ha hecho así”. Eso hará que nuestro hijo sea más creativo y que no tenga miedo de buscar sus propias soluciones a los problemas.
- Debemos permitirnos exteriorizar nuestros sentimientos y pensamientos: No somos superhéroes, podemos enfadarnos o llorar, da muestras de preocupación o de fragilidad… Mostrar esos sentimientos hará que nuestros hijos también aprendan a mostrarlos y que no sientan miedo de fracasar o no ser siempre perfectos.
- Amarse a sí mismo: Hay que saber cuáles son nuestras capacidades y estar orgullosos de ellas. No hay que educar al niño en base a una falsa modestia, así el también aprenderá a identificar sus cualidades y sentirse bien con ellas.
- Aceptación de uno mismo: Debemos conocernos con nuestras virtudes y defectos y aceptarnos como somos sin sentirnos culpables o inferiores. Así nos sentiremos a gusto con nosotros mismos y podemos enseñar a nuestro hijo a sentirse bien y aceptarse tal y como es.
- Fomentar el pensamiento positivo: No debemos acercarnos a los problemas con un “no puedo” o “no seré capaz” porque eso sólo lleva al fracaso y a la baja autoestima. Hay que buscar soluciones creativas, valorar las posibilidades y llevarlas a la práctica. Si el niño aprende esta manera de actuar ante los problemas, estará más capacitado para enfrentarse con éxito a los problemas que le vayan surgiendo.
- Vivir el presente: No hay que quedarse anclado en los errores del pasado ni vivir con miedo al futuro. Debemos enseñarle a nuestro hijo que su vida está en sus manos en este preciso momento y que debe aprovecharlo.
- Ser responsable: Asumir la responsabilidad de nuestra vida y nuestras acciones enseñará a nuestro hijo a comportarse de la misma manera.