Si hemos notado que nuestro hijo no se siente lo suficientemente seguro de sí mismo como para actuar sin miedos y enfrentarse a las nuevas situaciones del día a día, podemos poner en práctica algunas de las siguientes técnicas:
- Buscar actividades en las que el niño pueda desarrollar su creatividad y capacidades. Esto hará que el niño vaya dándose cuenta de que es capaz de afrontar situaciones y tener éxito y de hay áreas en las que puede destacar.
- Revisar las normas de la casa para ver cuáles habría que modificar por no resultar claras o adecuadas. Una vez decididas las nuevas normas están deben ser explicadas con el niño, dándole oportunidad para que las comente y las discuta. Siempre que se pueda, resultará beneficioso que las normas sean discutidas y aceptadas entre todos, porque así el niño se sentirá más responsable a la hora de cumplirlas.
- Demuéstrale a tu hijo que confías en él y que tendrá éxito en las actividades que realice.
- No le culpabilices por los errores o fracasos. Debes ayudarle a comprender que los errores sirven para aprender y mejorar.
- Prémiale siempre que haga algo positivo que le hayamos pedido, como cumplir las normas. Los premios no tienen que ser siempre materiales. Muchas veces un halago o una muestra de afecto es más que suficiente.
- Debemos hacerle entender que le queremos por ser quien es y no sólo por lo que haga. Premiaremos que cumpla las normas y nos sentiremos felices por ello pero debe saber que, aunque a veces no haga las cosas bien, le seguimos queriendo.
- Ayudarle a plantearse metas a largo plazo: que imagine cosas que le gustaría hacer y que estén dentro de lo posible, que piense cómo lo haría, qué pasos tendría que dar, cómo superaría los obstáculos… Anímalo a actuar diciéndole que él puede y que, aunque no lo consiga, no pasará nada.
- Hacerle entender que él es quien dirige su propia vida y que sus decisiones son las que marcará hasta donde puede llegar.