Los deberes morales y las creencias se forman en la infancia. Siguiendo esos deberes, que normalmente marcan nuestros padres y más adelante nuestros profesores y compañeros, cumplimos la necesidad de ser queridos y aceptados por ellos, de sentirnos aprobados en los grupos de amigos y de encontrarnos bien a nivel físico y psicológico.
Unos valores morales equilibrados, que tengan en cuenta nuestras necesidades como seres humanos, nos ayudan a desarrollarnos en la vida y a aumentar nuestra autoestima. Esos valores equilibrados nos permitirán desarrollarnos en todos los ámbitos (emocional, sexual, intelectual, físico…) sin entrar en conflicto con los valores de los demás.
El problema surge cuando estos valores no son equilibrados y sanos. Hay veces que estos valores pueden deteriorar nuestra autoestima al estar aplicando conceptos de corrección o incorrección a conductas y gustos que no tienen nada que ver con la moral. Otras veces estos deberes morales exigen conductas que no son posibles o sanas para una determinada persona. Por ejemplo, se puede enseñar a un niño que no está bien que llore en público, con lo que estaremos coartando su expresión emocional.
Cuando los deberes tienen sentido, no afectan a la autoestima. Si en algún momento una persona con alta autoestima actúa en contra de esos deberes, le asaltará la crítica por haber hecho algo mal pero será capaz de observar lo que ha hecho de manera objetiva y reparar el daño.
Por el contrario, una persona con autoestima baja o que ha sido educada mediante un sistema de deberes morales demasiado estrictos y poco realistas, fallará continuamente a ese sistema de valores impuesto desde fuera, ya que no es el suyo y no se adapta a sus necesidades. Como consecuencia, se criticará continuamente por su conducta y se culpabilizará por ella sin saber como arreglarlo. Todo esto disminuirá aún más su autoestima.
Para solucionar este conflicto es necesario reflexionar sobre ese sistema de valores, aprender a desmontar la crítica y buscar un sistema de valores propio. Muchas veces estos deberes morales están tan arraigados que para combatirlos se necesita la ayuda de un especialista. Corey Liuget Jersey