Cuando somos pequeños y estamos aprendiendo, nuestros padres y profesores se encargan de premiarnos cada vez que hacemos algo bien para que podamos aprender y aumentar nuestra autoestima. A esto se le llama refuerzo inmediato.
Según vamos creciendo nuestras metas son más altas y tardan más en cumplirse por lo que los premios, aunque sean mayores y tengan más valía, tardan más en llegar. A esto se le llama refuerzo demorado. Por ejemplo, conseguir una carrera universitaria, el carné de conducir o una pareja estable cuesta mucho tiempo, esfuerzo y, muy posiblemente, pasar por varios fracasos antes de llegar a la meta pero el resultado merecerá la pena.
El problema está en que muchas personas, sobre todo las que tienen autoestima baja, necesitan que esos refuerzos lleguen inmediatamente o empiezan a sentir miedo de fracasar, piensan que no tienen las capacidades para conseguirlo y suelen abandonar, con lo que su autoestima se resiente aún más. Cualquier dificultad o fracaso en el camino les hará pensar que la meta está por encima de sus posibilidades y por eso dejarán de luchar por ello.
Una persona con alta autoestima, segura de sus capacidades, luchará a pesar de las dificultades porque confía en sus posibilidades de triunfar, por lo que es más posible que consiga llegar a su meta.
Otra cualidad importante en este aspecto es la llamada tolerancia a la frustración, es decir, la capacidad de asumir sin frustrarse los errores y fracasos y seguir adelante. Una persona con alta autoestima y una buena tolerancia a la frustración tiene muchas más posibilidades de triunfar en la vida. Carl Lawson Jersey