La susceptibilidad debe ser corregida desde la infancia, ya que acaba implantándose de forma firme en la personalidad y desencadenando trastornos que resultan muy difíciles de cambiar una vez llegados a la edad adulta.
El principal problema de los niños susceptibles está en que no han podido formar su autoestima de forma adecuada. Es por ello que deben trabajarse sus diferentes ámbitos:
- Autoconocimiento: Hay que enseñar al niño que todos tenemos cualidades únicas y carencias y que es esa mezcla la que nos hace únicos y valiosos. El niño debe aprender cuáles son sus puntos fuertes, para poder explotarlos, y sus limitaciones, para corregirlas o aceptarlas.
- Autoconcepto: Hay que ayudar al niño a que se forme un autoconcepto de sí mismo sano, en el que estén integradas sus cualidades físicas e intelectuales, sus emociones, sus habilidades y limitaciones. El niño debe saber quién es y que se le quiere tal y como es.
- Autoaceptación: Para que el niño pueda aceptarse como es, es imprescindible que los padres lo acepten primero. El niño debe saber que sus padres le quieren por ser quien es y que eso no cambiará nunca, tanto si triunfa en las cosas que intente como si fracasa. Sin esa seguridad en la que apoyarse, no podrá desarrollar una autoestima ni unas relaciones sanas.
- Autorespeto: Una vez que el niño se conoce y se acepta, aprenderá a respetarse a sí mismo como persona y podrá dejar de sentirse tan inseguro y de tener miedo a ser rechazado por los demás.
Para conseguir mejorar estas facetas de la autoestima del niño es imprescindible que los padres hagan un análisis realista de las capacidades y limitaciones de su hijo y que adecuen sus exigencias a sus posibilidades reales. Es necesario también que le premien y elogien por las cosas que va consiguiendo y que le enseñen a aceptar que los errores existen, que no son peores personas por equivocarse y que le servirán para mejorar en sus habilidades para ocasiones futuras. Tyler Bozak Womens Jersey