Los niños tienen en general grupos de compañeros que pueden aceptarlos o tratarlos de manera indiferente. Si tu niño va al parvulario, habla con la profesora para conocer la manera como actúa tu niño frente al grupo. Háblale a tu hijo de los beneficios de ser una persona sociable. Dile, por ejemplo, que tener un grupo de amigos le hará sentirse mejor anímicamente ya que tendrá personas de su misma edad con quienes compartir juegos, reuniones, fiestas y tareas. Si consigues que tu hijo sea sociable harás que mejore su autoestima y que tenga una actitud más positiva en sus relaciones interpersonales.
Valorar a otras personas es el punto de partida para fomentar las relaciones de grupo. No te olvides que tu hijo copiará de ti esa actitud, así que trata de ser amable con tu entorno más cercano. Enséñale a tu hijo las tres palabras clave de una buena convivencia: Perdón, gracias, y por favor. Si logras incluir en su vocabulario estas tres frases, será un niño con valores, y, por lo tanto, valorado. No te olvides que una persona que respeta al prójimo será mejor aceptada socialmente que otro niño al que no le interese guardar las formas.