Un niño sano tendrá mayor predisposición para asimilar aquellos hábitos, costumbres y consejos que los padres quieran trasmitirle.
Una de las mejores maneras de que tu hijo goce de buena salud es proporcionarle una alimentación balanceada y nutritiva y promoverle que sea un niño activo. Una alimentación balanceada y saludable consiste en comer muchas frutas y verduras y disminuir el consumo de grasas y azúcares. Por lo general, los problemas de alimentación en los niños tienen una estrecha vinculación con la comida basura: beber muchas bebidas refrescantes con alto contenido de azúcares y alimentos con exceso de grasa. Si como madre o padre puedes inculcarle la importancia de comer sano, y los beneficios que le traerá al organismo, estarás sentando la base para que tu hijo sea un niño que goce de mejor salud.
No olvides de hablarle a tu pequeño sobre el valor de la actividad física y los beneficios que tiene descansar correctamente. Si tu hijo comienza a practicar actividad física desde pequeñito, es muy probable que adquiera esa costumbre y la mantenga durante el resto de su vida. Aquellos hábitos que se asimilan cuando somos niños, son aquellos que tienen mayores probabilidades de perdurar en el tiempo.
Una buena alimentación y el ejercicio habitual son dos hábitos que guardan una importante relación con el aspecto físico de la niña o niño. Los niños que comen bien y que hacen ejercicio habitual, pocas veces padecen de obesidad infantil, se sienten mejor con su aspecto físico y como consecuencia, consigo mismos.